¿RECLAMAS DE LOS DEMAS LO QUE TE NIEGAS A TI MISMO?

Es a este individuo rebelde y listo a romper con todas las convenciones humanas y divinas a quien al final todos los honores le son entregados. La gran lección que Jacob nos deja es que mientras señalemos al otro como responsable de nuestra situación actual, jamás conseguiremos resolver nada. Sin embargo, en el momento en que señalamos hacia adentro y nos decidimos por la construcción de nuestro destino, en ese instante poderosas fuerzas creativas se movilizan rumbo a la realización de nuestra misión de vida.

Para alcanzar la luz uno no se llena la cabeza de arco irises y unicornios sino que volviéndose hacia la propia obscuridad la explora, sumergido en las profundidades de los deseos y las secretas motivaciones, jamás señalando responsables mas allá del ámbito personal y procurando siempre conseguir todo lo que uno se ha propuesto.

En cada ocasión en que nos sintamos tentados a señalar a los demás como responsables de nuestra infelicidad, recordemos a Jacob y el ejemplo de vida que nos dejó y lancémonos dispuesto a hacer lo que sea necesario para conseguir nuestros sueños, recordando que Dios premia a los que son buenos pero se reserva la gloria para aquellos que llenos de rebeldía están dispuestos a pelear hasta las últimas consecuencias por alcanzar sus sueños.