“Cantando hacia la luz” “Cantando hacia la luz” Por Minerva Borjas Seguir un impulso interior, de esos avasallantes, indomables por la mente; quien intenta siempre imponerse, es un acto de valentía. He encontrado en el simple acto de cantar, un catalizador práctico y eficiente para contactar ese mundo interior de donde nacen los “Impulsos Divinos”, la intuición, esas certezas que a veces la dura cotidianidad citadina lanza bajo la alfombra. Cantar es un acto natural del ser humano. Cuando hablamos, cantamos. Cada idioma, cada comunidad tiene un código fonético particular, una manera de entonar las sílabas que componen las palabras, como si las oraciones fuesen canciones. La diferencia entre hablar y entonar una canción, viene dada por el impulso y la proyección del aire para producir, con las mismas cuerdas vocales que usamos para hablar, sonidos con melodías más complejas, con mayor duración y con una intensión determinada. Y es de este punto en particular, el del poder de la intención detrás del canto, del que me gustaría compartir una anéctoda. Cuando comencé a cantar no pude parar. Se convirtió en la mejor forma de expresar emociones, en un desahogo extraordinario y posteriormente en mi profesión. Pero luego de tantas pasiones hechas canciones, de tantos vestuarios y maquillajes diferentes, de tantos paises y audiencias que abrieron sus oidos a mis ilusiones… Un día, finalmente entendí el verdadero propósito de cantar, que más que un simple regodeo emocional, es una llave. La experiencia que les voy a contar, marcó un antes y un después en mi trayectoria como artista y como ser humano en este planeta. Estoy segura de que si tú, quien lees estas líneas, has experimentado la corriente eléctrica del amor, la magia que existe en el silencio de un niño durmiendo o el sentimiento que produce pensar que estamos flotando en una pequeña esfera en la vastidad de este universo con miles de soles, si te has hecho preguntas que no puedes contestar, pero que intuyes… Puedes saber que todos nosotros, estamos hechos de la misma materia, que todos guardamos un código en común que nos heriza la piel ante los mismos estímulos. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X