Aprendí que la alquimia es la manipulación de fuerzas naturales para promover el propósito Divino.

Practicar la alquimia es hacer la obra de Dios. Se puede considerar que estás co-creando el mundo junto con Dios, como a veces se indica en las comunidades cristianas, aunque no en un sentido ortodoxo. Es un proceso de someter el alma a una serie de pruebas, ensayos y reacciones para facilitar su crecimiento de existir en un estado predominantemente mundano a prosperar en un estado predominantemente espiritual. Se trata de perfeccionar nuestras habilidades para facilitar el trabajo de Dios aquí en la tierra. Se trata de ayudar a crear un estado espiritual en este mundo mundano.

Con esta nueva revelación, y ahora que he releído algunos materiales y replanteado sobre algunos de mis conceptos erróneos anteriores, he adquirido una perspectiva refrescante sobre la alquimia. Ahora veo la vida como un gran experimento alquímico en el que no sólo somos el material experimental, sino que somos también el filósofo experimentador. La naturaleza experimenta con nosotros y nosotros experimentamos en nuestras vidas.  Como es arriba, es abajo. Todo nuestro crecimiento (físico y espiritual) está regido por las leyes de causa y efecto. Y toda nuestra vida y el medio ambiente se puede experimentar en el sentido de estudiar, formar hipótesis, realizar pruebas, observar los resultados, formar conclusiones, y desarrollar teorías para más tarde volver a probar, refinar y aplicar.

La naturaleza sigue leyes inmutables. Sin embargo, por lo general nosotros seguimos nuestros caprichos. La Ley Natural siempre experimenta con nosotros. Pero nos olvidamos de llevar a cabo experimentos en nuestras propias vidas. La naturaleza es un alquimista fiable, pero nosotros a menudo dejamos caer la pelota. Se nos insta a ser alquimistas pero ignoramos nuestros impulsos. Ese es el modelo espiritual, pero en su mayoría hemos ignorado ese modelo. Eso es un aspecto de lo que se trató La Caída.

¿Cuáles son las “fuerzas naturales” que pueden ser “manipuladas” para promover el “propósito divino”? Las fuerzas naturales son las leyes de la naturaleza, incluyendo no sólo las leyes físicas conocidas, pero más importante aún, las leyes espirituales como las distintas leyes del karma, la reencarnación, planos de la existencia, la caballerosidad espiritual, el Triángulo, la telequinesis, proyección psíquica, formas de vida en los planos espirituales, clarividencia, visualización creativa, y así sucesivamente. Manipularlas involucra estudiarlas, desarrollar nuestras habilidades con ellas, y aplicarlas con fines nobles en nuestras vidas. El propósito divino es la voluntad de Dios, es decir, el orden final y la razón para el universo.