Ya en 2012 me introduje en el descubrimiento de la neurotecnología de sonido Hemi-Sync por mano de un facilitador acreditado por el Monroe Institute de Virginia y realicé el Máster de Experto en Coaching con Inteligencia Emocional y Programación Neurolingüística (PNL) además del Experto en Hipnosis Rápida y para el Desarrollo Personal. Recientemente, este pasado mes de mayo de 2013, he llevado a cabo una Certificación Internacional de Coaching Asistido con Caballos.

 

¿Qué es el Coaching Asistido con Caballos?  ¿Quién se podría beneficiar de este tipo de Coaching?

Para mí el Coaching Asistido con Caballos es otra forma de materializar el arte consistente en acompañar a las personas en el camino que les dirige hacia sus sueños u objetivos. En este tipo concreto de procesos se utiliza de igual forma la metodología del Coaching aunque incluyendo a los Caballos y dándoles un papel muy especial y merecido: el de Coach, espejo fiel y maestro energético, emocional, corporal… Así pues, cualquier persona que desee expandir su potencial, encontrar solución a retos que se le hayan presentado, desarrollar cualquier tipo de habilidad emocional para mejorar, tomar decisiones, alcanzar objetivos concretos o incluso dejar atrás bloqueos puede beneficiarse del Coaching y de este tipo concreto de Coaching.

Es una opción realmente estimulante para cohesionar y mejorar grupos o equipos, así como muy potente a nivel experiencial para trabajar de forma individual cualquier tema mencionado de forma precedente, haciendo hincapié en la efectividad sobre la autoestima, las inseguridades y temores, la comunicación, la coherencia… Además, permite llevar a cabo las sesiones en contacto con la Naturaleza, llevándonos más allá de nuestra zona de confort, donde las posibilidades de interacción son imprevisibles y podemos procesar cualquier señal que nos ofrezca el Universo por si puede resonarle al cliente de alguna forma.

¿Qué te hizo dejar atrás tus estudios en Derechos y comenzar en el camino de la salud holística?

Sobre el año 2003 y con solo 18 años, estudiar Derecho era cumplir con lo que se esperaba de mí y también asegurarme un porvenir laboral en algo que en cierta forma se me daba bien e incluso me retaba y agradaba. No obstante, en aquel momento ya compaginaba con la carrera lo que consideraba una afición muy peculiar: los estudios en energía universal, salud natural y terapias alternativas.