He vivido gran parte de mi vida haciendo lo que se suponía que era correcto hacer, lo que se esperaba de mí, sin pensar realmente en lo que me apasionaba o relegándolo a un segundo plano. ¡Cuántas veces escuché que estaba abarcando demasiado por obtener formación en áreas que aparentemente no tenían relación! Afortunadamente, un día me percaté de que mi talento crecía exponencialmente cuando hacía lo que me gustaba de verdad, lo que me apasionaba. En ese momento, también observé que mi mapa mental se ampliaba cuanto más sabía y más dispar era el conocimiento que adquiría.

Y es que, en el mapa mental de cada cual hay su representación personal del mundo pero… ¡El mapa no es el territorio! Esto es, tu percepción de la realidad no es igual a la percepción de otra persona ni éstas iguales a la realidad objetiva. Por ello, ampliar nuestro mapa nos proporciona una mayor receptividad y comprensión que permite que podamos conectar mejor con los demás y comprender su propia realidad. En el día a día, abrir nuestro punto de vista de bien seguro reducirá el número de conflictos que podamos tener en nuestro entorno, aunque también debemos tener en cuenta que una mente abierta encuentra soluciones creativas con mayor facilidad en caso de necesidad en lugar de buscar dentro de la caja de los recuerdos que tenemos etiquetados, para seguir haciendo lo mismo. ¿Prefieres encontrar o buscar? ¿Avanzar o quedarte dónde estás? ¿Ser un junco flexible que resiste la tormenta o un robusto roble que se quiebra con el viento?

En la era de la información en la que vivimos, en la que todo está en cambio constante, la formación es más importante que nunca, pero también lo es la flexibilidad pues nos permite adaptarnos rápidamente a todos los cambios que se generen sin perecer en el intento.

Salir de la rutina haciendo algo distinto a lo que haces habitualmente, estudiando algo que no tiene que ver con aquello que has hecho hasta ahora pero que te llama mucho la atención, viajar a lugares recónditos que nunca hubieras imaginado o, simplemente, cenar en un restaurante exótico o pedir un plato que nunca te atreviste a probar… Todo eso te sacará de tu zona de confort, te enseñará, aprenderás y también te obligará a desaprender para seguir aprendiendo.