matar-el-deseo-de-matarPor Luisa Chesneau-Pichardo

En una disertación, un discípulo de Shakyamuni (Siddhartha Gautama) le preguntó a su maestro “si la vida es valiosa, por qué las personas matan y se alimentan de otros seres vivientes, podría explicar ¿cuáles seres vivientes podemos matar y cuáles no?”. A lo que el Buda respondió BASTA CON MATAR EL DESEO DE MATAR.

Esta abarcadora respuesta viene al caso, porque desesperanzadores hechos que ocurren en el planeta son el resultado de la reacción interior de querer imponer o imponerse sobre los demás, a costa de lo que sea. La energía de destruir la vida, origina todas las formas de violencia y ese potencial de negatividad forma parte de la condición humana.

Mi mentor, Daisaku Ikeda, explica que la causa del sufrimiento se encuentra en la ira, el egoísmo y el odio, condiciones que nos son inherentes y cuya manifestación exacerbada  divide y destruye todo. Estos tres aspectos nos mantienen encarcelados en la reacción. Pero cuando decidimos pensar antes de actuar, entramos en el campo del razonamiento y la reflexión, que nos ayudan a elevar nuestra condición de vida más allá de nuestra mirada limitada de las cosas y acceder a algo más significativo y universal.

La respuesta de Shakyamuni (Siddhartha Gautama) a su discípulo, devela el poder ilimitado que tenemos los seres humanos de convertir lo imposible en posible. Cuando nos hacemos conscientes de nosotros mismos y de la razón por la cual estamos en este mundo, percibimos la conexión que tenemos con todos los seres, respetamos el valor de la vida, la convivencia pacífica y actuamos solidariamente hacia los demás, poniéndonos en su lugar y compartiendo su dolor. Y esta actitud es una manifestación de sabiduría, sabiduría que nos permite hacer esfuerzos denodados por cultivar un estado de vida empático.

El mundo es el reflejo de lo que albergamos en nuestros corazones. Si queremos apreciarlo diferente, tenemos que empezar por vemos a nosotros mismos y desafiarnos a transformar aquellos asuntos que nos hacen infelices. Esta representa una forma de eliminar nuestro deseo de matar, y significa un valioso aporte al cese del odio, la violencia y la muerte en nuestras sociedades.