Descubre el poder de los colores y la conciencia con cristales

Por Margaret Ann Lembo

Cuando la primavera llega, la paleta de colores florece de nuevo. Cuando el sol regresa al signo de Aries para agitar otro nivel de conciencia, también regresan los colores de la vida. La renovación en esta época del año provoca la coloración de los huevos de una antigua tradición en celebración de la Pascua. Cambian los colores en nuestros armarios: de tonos más oscuros como marrones, negros y naranjas quemados, a azul, rosa, amarillo, morado y verde – para reflejar la temporada.

Cada estación del año y del ciclo de vida pone de manifiesto diferentes tonos, gemas y colores. En las estaciones de la vida, nosotros cambiamos y también cambian nuestros colores y cristales favoritos. Cuando yo era niña, el rojo brillante era mi color favorito. Ahora, como adulto, el cobalto azul es mi color favorito. Llevo gafas enmarcadas de azul, bebo de vasos azules, utilizo una cubierta azul para mi celular, uso un anillo de zafiro y tengo un montón de camisetas en azul cobalto. El color me mantiene tranquila y alineada con la Conciencia Superior.

Elige tu vestuario y tus piedras preciosas para el día en función del resultado que deseas. Tal vez te has dado cuenta que el color de la ropa de un amigo fomenta la comprensión. Tú puedes notar las joyas que llevan, pero ¿sabes por qué eligieron ese anillo o esa pulsera? Tú puedes “leer” a los demás por los colores que visten.

Los colores y las gemas influyen en nuestra forma de sentir, actuar y reaccionar a los demás. Los colores a los que te sientes atraído son reveladores. Lo mismo es cierto con la joyería de piedras preciosas, así como con los colores de los alimentos. Los colores muestran la necesidad de la comodidad y el amor o la necesidad de ser escuchado. Muestran cuando es la hora de motivarte y tomar acción o cuando tienes la necesidad de tomar más tiempo para la contemplación y la oración.

Ya sea el color de tu ropa, las paredes de tu oficina, la comida que comes – póntelo, vístelo, píntalo, cómelo, o admíralo con una intención coincidente.