Mi joven amigo no había estado bajo el control del vudú, sino en un estado hipnótico del que ni siquiera se había percatado. Y como ven no hubo necesidad de inducirlo al trance profundo de ojos cerrados y aparente inconsciencia.

A diferencia del psiquiatra que diagnostica y prescribe medicamentos para aliviar la enfermedad mental o el psicólogo que se ocupa de la función o disfunción de la psique, el hipnoterapeuta en cambio, es el especialista que conociendo el lenguaje de la mente, se sirve de símbolos e imágenes para hablar a la mente subconsciente de modo que esta entienda.

Para mí no es diferente el caso de una persona que dice estar deprimida por el abuso que sufriera de niño, que el de aquel que afirma sufrir por estar bajo la influencia de un maleficio; en ambos casos la mente subconsciente se ha abierto para recibir una sugestión negativa.

Para poder entrar en depresión tu mente tiene que hablar y revisar eventos tristes del pasado y actualizarlos en el presente. Para poder fabricarte un trastorno de ansiedad tu mente tiene que llenarse de temor por lo desconocido y las dificultades futuras.  Así crucificas a la mente entre dos ladrones a uno de los cuales llamas arrepentimiento por el pasado y al otro miedo del futuro.

Quizá has aceptado la sugestión de que a cierta edad iba a ser muy difícil casarte y ahora estás viviendo las consecuencias de haber convertido esa idea en tu sistema de creencias, o quizá te han hecho creer que la crisis no te permitirá establecer un nuevo negocio, o porque fallaste en algunas materias en la escuela primaria no serás lo suficientemente inteligente para hallar un buen trabajo, o que la gente no cambia y eso te tiene atrapado en modelos de conducta que te frustran.

Vengo ahora a decirte que lo que sea que experimentas en la  vida y no te satisface, es consecuencia de las sugestiones negativas que has aceptado. Alguna vez las recibiste y, como un maleficio vudú, algo en ti decidió darles el poder de marcar el rumbo de tu vida, y te has pasado repitiendo estas creencias como si fueran la verdad, siendo que en realidad solo son “tu verdad”. Sin embargo nadie allá afuera es responsable por esto, pues nadie le habla más a tu mente subconsciente que tú mismo. Para que una sugestión funcione esta tiene que ser aceptada y luego afianzada por repetición.