Historia de una vida pasada En la tarde de ese mismo día el caballero había golpeado a su puerta y le había avisado de la detención de personas de su grupo y con mucho temor la urgió a irse con él fuera de la ciudad para evitar peligros. Sus argumentos eran válidos no tanto en cuanto a su seguridad personal, sino ante las consecuencias que tendría para su padre y su familia, que su reputación ante la ley quedara en entredicho. Y a pesar de sus sentimientos de deslealtad hacia sus amigos, y llevada por el temor de las consecuencias, aceptó que la encontrara tarde en la noche para escapar. Y mientras que cabalgaba abrazada a sus espaldas sobre el hermoso caballo negro en aquella noche fría y luminosa, su corazón recogido por el miedo por sus amigos, y de frustración por no poder hacer nada por ellos, se alejó de la ciudad. Mi conciencia se unió a la de esta joven mujer, y supe que terminaría viviendo por el resto de sus días en una ciudad de Italia (Florencia), casada con este caballero, criando los hijos de ambos, con su voz silenciada por el temor de dañar a los suyos, sus talentos curativos enterrados, y con las sospecha ineludible de que su caballero se había aprovechado de las circunstancias para “tenerla donde la quería…..” Supe con toda certeza que el caballero era mi esposo de esta vida y que mi corazón seguía recordando los sentimientos negativos y que lo que necesitaba resolver en mi vida tenía que ver con mí misma y la expresión de mi verdad. Hablé con mi caballero de esta realidad para comentarle mi experiencia, algo preocupada de su reacción, sobre todo porque siempre había sido yo tan analítica, al igual que él. Y una vez que terminé mi relato y expresé mis sentimientos, le pedí perdón. Perdón por el rechazo que había tenido que soportar en las últimas semanas; perdón por haber juzgado sus intenciones que no eran más que las de un hombre enamorado, queriendo protegerme, pero hombre al fin, queriendo controlar su mundo del pasado; y perdón por mi falta de fe en su capacidad para aceptarme. El me tomó de la mano y me pidió perdón a mí también. Y sin comprender bien la necesidad que tenía él de mi perdón y la naturalidad con que había reaccionado ante mi historia y sentimientos, empecé a sentir el suave calor de la sanación de mi corazón en el pasado, presente y futuro. Ya era tempo de expresar mi verdad y emerger como la mujer que soy y he sido siempre, con la expresión abierta de mi razón de ser en el mundo. Aquí empecé la segunda jornada de mi vida, la que estaba preparando sin saberlo y que seguiría después de que mis hijos se fueran del nido. Mi camino se abrió claramente ante mi. Durante los siguientes años he continuado preparándome para esta etapa de mi vida, el sueño después del primer sueño y el descubrimiento de mi vida de Guía espiritual, o Life Coach personal. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X