Nunca comiences una frase con “tú”.

Cuando comienzas una oración con la palabra “tú” puede ser recibida como algo acusador y tu pareja puede sentirse como si necesita defenderse. En su lugar, comienza con la palabra “yo”, y tu pareja podría estar más dispuesta a escuchar atentamente. Por supuesto, tú tendrás que conocer tus propios pensamientos y sentimientos para poder exponerlos.

Escucha sin juzgar.

Al escuchar con ambos oídos abiertos y la boca cerrada, puedes enviar pensamientos y empatía a tu pareja mentalmente. Puedes demostrarle con los ojos que lo quieres. Puedes indicarle con un susurro o una inclinación de cabeza que estás de su lado. Tú puedes escuchar las pistas dentro de las palabras de tu pareja sobre el problema real que le está preocupando, porque rara vez es lo que parece ser.

Estén de acuerdo en estar en desacuerdo y regresan al tema después.

Es posible que necesiten un tiempo de descanso si se sienten abrumados. Es posible que tengan que pensar en lo que se ha dicho. Es posible que necesiten un poco de distancia para ser capaces de ver lo bueno en el otro. Aceptación – a pesar de que tal vez sea diferente de tu punto de vista – es una de las formas más prácticas que el amor asume, así que intenta tolerar su manera de ser. Muestra empatía, compasión y apoyo para que tu pareja se sienta segura de compartir profundamente.

La honestidad es la única manera de llegar a un acuerdo armonioso. Poner todas las cartas sobre la mesa es la única manera de llegar a un acuerdo. Tus habilidades de comunicación tienen que ser adquiridas y luego afiladas a través de la práctica. Puede ser un esfuerzo de toda la vida, pero si tus esfuerzos crean una relación armoniosa, ¿no crees que vale la pena?

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