Suelta la papa caliente Transformando la energía de las relaciones Por Karen M Rider Parejas pelean – a veces justamente y a veces, como pasó recientemente entre mi esposo y yo, injustamente. Nos echamos la culpa el uno al otro como si fuera una papa caliente. Ninguno de los dos estaba dispuesto a dejarla caer, ni tomar posesión de ella. Cuando las parejas no pueden salir del precipicio de los desacuerdos desagradables para llegar juntos (o por lo menos neutralmente) a un acuerdo, el futuro puede deparar tiempos peligrosos. ¿Cómo pueden las parejas mantener la energía de su relación en la luz del amor en vez de en la oscuridad del miedo y la culpa? Se comienza con la comprensión de que tu relación actual está atada a la energía de las relaciones que experimentaste en tu propia infancia. Por mucho que nos hemos prometido que no tendríamos “la relación de nuestros padres”, podemos encontrar que es exactamente lo que tenemos, ¡con suficientes papas calientes para todos! ¿Por qué sucede eso? “Es una promesa imposible de cumplir”, dice David Gilroy, LPC, un psicoterapeuta con Hartford Family Institute en West Hartford, Connecticut, “porque parte de lo que ocurre en la infancia es que tomamos en conjunto el clima del hogar.” La razón por la que, hasta bien entrada la edad adulta, estamos profundamente afectados por la infancia es porque aquí es donde aprendimos a estar en relación con los demás, incluyendo las relaciones que tenemos en la actualidad. Los psicólogos llaman a esto el proceso de apego. “El proceso de apego es la base sobre la cual una persona se organiza físicamente, emocionalmente y espiritualmente en el tiempo cuando eran más vulnerables y más dependientes: la infancia”, explica Donna Baker-Gilroy, PsyD., LPC. David y Donna no sólo son marido y mujer, sino que son co-creadores de un nuevo modelo de terapia de pareja que anima a que las parejas vengan a una relación “tal cómo son”. ¿Qué tienen esas relaciones tempranas que ver con nuestra relación en el aquí y el ahora? El amor y la pertenencia. De acuerdo con David y Donna, cuando éramos niños, pudimos haber aprendido que para estar seguros y tener un sentido de pertenencia en la familia, tuvimos que cambiar nuestra visión de la realidad y ver sólo lo que era aceptable para nuestros padres. (Por cierto, esto es común en un hogar donde la adicción o el abuso está presente, pero ninguno de nosotros es inmune a la impresión de la relación). Un niño encuentra la manera de adaptarse e integrar la energía de una relación que saben que es algo “mala”, pero que debe aceptar para poder sentirse seguro y amado. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X