Caravana por la Paz: Hablan las víctimas de la guerra contra las drogas en México Conmemorando el Día Internacional de la Paz Por Hiram Crespo La semana pasada en la universidad estadounidense, Northeastern Illinois University, recibimos la visita de la Caravana por la Paz, un colectivo de miles de madres mexicanas, hermanos, padres y otros miembros de familia que accidentalmente se convirtieron en activistas después de haber perdido a sus seres queridos en la guerra contra las drogas. Su presencia en el campus ayudó a humanizar y personalizar los problemas difíciles relacionados con la droga y el tráfico de armas entre los dos países. El carácter ilícito de estos dos mercados hace que sea difícil de rastrear con precisión su rentabilidad, pero, si las estadísticas son una indicación, el intercambio de armas y de drogas entre los EE.UU. y México parece funcionar como una máquina bien engrasada y representa una parte importante de las economías de ambos países. Las estimaciones de cuántas personas han muerto en los últimos seis años en los delitos relacionados con la guerra contra las drogas es desde 47.500 (The Telegraph) a 50.000 (el Atlántico), aunque se descubren más víctimas todos los días. Algunos miembros de la Caravana citaron cifras tan altas como 70.000 personas. Existe un amplio convencimiento entre los familiares de las víctimas que la guerra contra las drogas es un fracaso político. Un miembro de la caravana explicó que las drogas no son el problema real, que es liderada por la militarización de la prohibición de drogas y los problemas que causa la guerra por el territorio. “40 años de esta política de guerra nos ha convertido en criminales. Hay más muertes por la violencia que de la adicción a las drogas. México proporciona las drogas, los EE.UU. proporciona las armas, y nuestro pueblo provee los muertos.” De acuerdo con el Stockholm International Peace Research Institute, los EE.UU. gasta cerca de $700 mil millones en gastos militares – un total de 20% de nuestro presupuesto federal, y es responsable del 35% de la exportación mundial de armas. Una madre dijo: “No son los seres que mueren, sino las familias que viven a merced de los que toman la libertad de matar”. Otra madre dijo: “Mi hijo… es como si la tierra se lo hubiera tragado. Lo que la prohibición ha hecho es crear un mercado ilícito que financia el crimen organizado. Pido a EE.UU. que cambie su política a una de seguridad y desarrollo humano.” Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X